martes, 11 de diciembre de 2007

PANCHITO


Era una tarde normal en la que el niño aprendía historia y memorizaba números en una tabla de multiplicar, con ansias miraba el reloj para salir a jugar con sus compañeros al recreo y continuar el partido de fútbol del recreo anterior y disfrutar de esa rica manzana que lo esperaba jugosa en la mochila. Era primera vez desde que está en el colegio que lo invitan a formar parte del equipo del curso en las pichangas del recreo, ya sea porque uno había faltado o por otro motivo daba lo mismo, en este día él era el elegido y tenía que cuidar su posición para que así se repitiera los siguientes días. Quizás este pensamiento era muy competitivo, pero cuando se tiene 9 años y se va en el colegio, es un pensamiento razonable y sinónimo de aceptación entre sus compañeros.

Por fin la esperada campana suena en la única escuela del pueblo…y panchito sale raudo y con la cara llena de esperanzas al recreo, comienza la pichanga y cada vez se pone mas emocionante, como era de esperar panchito está haciendo su mejor partido, sus compañeros ven en él, el compañero que faltaba y comienzan a vitorearlo y comienzan a reconocerlo, panchito esta cada vez mas enajenado y emocionado, y en una arranque de locura se dispone a hacer una pirueta con la pelota y cae al suelo, cae al suelo y lo primero que se estrella es su pequeña cabeza contra el duro y áspero asfalto de la cancha de la escuela, todos sus compañeros se largaron a reír en un primer momento, pero al ver que panchito no se levanta, todos corren hacia el, algunos lloran por el gran sonido que provocó el golpe, solo tenían 9 años… al igual que panchito.

Fue tan tremenda la secuela de aquel golpe en la escuela que lo mandó a otro mundo, cambió su vida en un segundo justo en la hora del recreo. Todo lo que siguió fueron especialistas en deficiencias mentales tratando de encontrar algo, metiendo cubos en triángulos y buscándole al círculo ángulos, luego de todas estas engorrosas situaciones de hospitales, le diagnosticaron locura.

Al poco tiempo lo abandona su padre y luego su madre y por consiguiente ese maldito apellido, lo abandonó su profesora, sus compañeros, su abuela, su madrina y toda su familia, hasta el vecino que tanto jugaba con él. Porque díganme, ¿a quien le interesa un loco?.

Ahora me pregunto donde está el manicomio para ese Dios que se dice estar en las alturas y que ayuda a los mas necesitados… donde esta el manicomio, aya dentro del mismo o acá afuera en el mundo real, donde se han fraguado las matanzas y guerras entre los hombres…aya adentro o acá afuera. Por favor panchito regálame un poquito de locura, porque últimamente me estoy fijando demasiado en como me paro o en como me veo o tan idotamente me estoy fijando mucho en la marca de mi pantalón.

Hoy después de tantos años panchito está sentado en la plaza, con esa barba que ha visto pasar mucho más tiempo que yo. Está sentado en silencio, hace muchos años que no habla, ha decir verdad no habla desde aquel maldito accidente en la escuela. Se sienta triste y con la mirada en la luna, como buscando explicación y se puede ver a través de sus ojos la suerte que pudo tener en agarrarse de una nube y escaparse al primero planeta que encontró, la suerte de salvarse de todas las cosas que dejó, de la geometría, de la geografía, de la economía, de todo este mundo y sus putas cursilerías, de estar a la moda, de una novia y hasta de un posible matrimonio, que suerte tiene en que se le aya zafado un tornillo, o mas bien en que se le aya apretado ese tornillo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

vo soy escritor??????

te cache

esa idea es de arjona!!!


jajaj un abrazo man

unsilencioquenocalla dijo...

Interesante la idea. El pulido es otra cuestión que hay que asumir con técnica que se va depurando. Te saluda un colega de tu hermana, que me dio tu dirección. Poco a poco voy a seguir visitando el sitio y dejando comentarios.
Desde ya te invito a que visites el mío, que también intento escribir.