lunes, 1 de septiembre de 2008

Al que no llega


Espera, angustiada, se le nota por los trozos de servilleta que están desparramados por la mesa. La música está un poco fuerte, pero se puede escuchar el murmullo de toda la multitud sedienta y ávida de baile. Ella está ensimismada y con la vista fija en su vaso de jugo, no toma porque este momento es muy especial y no quiere arruinarlo. La espera se hace cada vez más larga y tediosa. A momentos se para al baño, pero ya no lo hace, prefiere aguantar y no perderse entre la multitud provocando el fracaso del encuentro tan esperado.
La mesera se acerca de vez en cuando para ofrecerle mas jugo, pero ella ni siquiera ha tocado el segundo vaso. Ahora la mesera se acerca para pedirle que si ella no va a consumir mas por favor se retire, hay mas gente afuera que necesita saciar su sed de carrete, pero a ella no le importa y solo para quedarse al encuentro pide otro jugo, el dinero no es el problema, el problema es que nadie llega a ocupar la silla mas codiciada del local, la única silla vacía que a nadie ha cedido pese a las insistencias y reclamos de la gente.
La multitud ya esta un poco desesperada por 2 motivos, primero todavía la fiesta no está lo suficientemente perfecta y segundo por esta chica que no se deja intimidar por nada ni nadie. Generalmente la gente que no esta con la masa es mirada con recelos y extrañamiento, pero a ella nada le importa. Solo le interesa que este se presente de una vez por todas. Además ella no es de la zona, quedo de reunirse con él para salir y luego el la llevaría a su destino en su auto, para despedirse con un beso tímido en la puerta de su casa, la cita perfecta.
De pronto, su cara se queda mirando hacia la puerta del local, su cara esboza una leve sonrisa, ansiosa busca con su mirada entre la puerta, porque se ve que alguien llega. Su cara ya esta llena de sonrisa y a la vez de rabia por la tardanza, derepente se abre la puerta y entra un grupo de mujeres, todas medias borrachas y gritonas, se acercan donde esta ella y la abrazan y la saludan, ella esta contenta y reclama la tardanza. De inmediato pide un vaso de vodka el cual en cuestión de segundo ya está en su garganta, a los pocos minutos ella esta a tono con sus amigas y las risotadas cada vez van mas fuertes. Baile, risas, lujuria, coqueteos, vómitos, llantos, peleas… un final que no me esperaba.

Varias veces cuando estoy en lugares públicos o como quien diría de “esparcimiento”, me gusta observar a la gente, me gusta crearles su propia historia, sin conocerlas. Pero sobre todo me gusta observar a la gente que esta en lugares muy concurridos, pero gente que esta completamente sola, gente que esta rodeada de gente en grupos, pero esta persona esta sola, como esperando que todo el mundo quede en silencio y note su presencia. Es ahí cuando me empiezo a angustiar y comienza esta debilidad por crearle un mundo a ella, crear una historia que por lo general es muy triste. Rara vez acierto en la historia, algunas veces me sorprendo por el giro que da la realidad a mis historias, esta vez no fue la excepción.

1 comentario:

gitana dijo...

Juguemos a conocernos, en un mundo desconocido, con miradas desconocidas que nos hagan conocer, más ni el que tú me conozcas, ni el que yo te conozca, hará que conozcamos éste mundo, mejor juguemos a no conocernos, para conocer lo desconocido de cada uno ....